Psic. David A. Erguy
Comúnmente se percibe a la infelicidad como un sentimiento de tristeza que genera malestar en la persona que lo padece, pero en raras ocasiones las personas desarrollan el sentimiento de infelicidad para agredir a terceros. En el esquema clásico freudiano de depresión "la agresión es una vuelta hacia sí mismo para preservar al objeto en el exterior", en este tipo de infelicidad vuelca la agresión hacia afuera con el fin de preservar su bienestar, y conseguir lo que quiere, destruir el objeto exterior.
La persona es infeliz producto de que a corta edad le privaron de necesidades básicas de cuidados, o sufrió violencia escolar; como resultado no regula correctamente las emociones negativas. Las personas de su entorno la describen como personas "ingenuas, sin malicia", reservadas y solitarias, débiles, fácil de pisotear y agredir.
Debido a la agresión recibida de su entorno, y al no contar con un sostén de apoyo; estas personas desarrollan una autoestima baja, que dará lugar a un alto nivel de resentimiento y odio a punto de estallar. En estas personas no funciona bien la conciencia ética, puede tener lugar el acto más altruista del mundo a realizar el crimen más violento, desarrollan la necesidad de ser reconocido y de merecer más de lo que tienen, cuando quiere algo hace daño y no dimensiona el daño que hace a terceros. Son envidiosos, rencorosos y violentos. Si bien nunca expresan las emociones desagradables, al igual que el psicópata, son intolerante a la frustración, poseen alto nivel de agresividad y fallan en controlar el enojo. Mientras el psicópata lastima a terceros porque los percibe como "débiles", estas personas utilizan la violencia para defenderse, son personas que recibieron violencia y no se defendieron, pero cuando se defienden apelan al exceso de violencia para defender se, si bien sienten culpa cuando apelan al exceso de defensa, lo harían todas las veces que sea necesario.
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