Psic. David A. Erguy.
El hombre y la mujer tienen tantos enemigos que uno se cuestiona seriamente si vale la pena vivir. La culpa es uno de ellos. La culpa es la autoevaluación interna del pensamiento y del accionar en tiempo pasado. Quien siente culpa vive torturado. La culpa se manifiesta como un sentimiento de autocastigo cuando se acciona de una forma opuesta a lo moral que la persona considera como "lo que está bien". También se puede manifestar cuando la persona pretende ser perfecta y nunca equivocarse. Y cuando pasa lo más temido y se equivoca, surge el autocastigo como una forma errónea de consolarse, se ataca bajo el velo de ser una persona muy autoexigente, lo que hace que suba la ansiedad, la inseguridad y la falta de confianza en uno mismo. Se dice que los perdedores saben más que los ganadores porque los ganadores tienen solo un objetivo, que es ganar, en cambio, los perdedores tienen 2 objetivos: uno es ganar y el otro objetivo es estudiar para superar a los ganadores. Equivocarse y perder no es la meta, sino el medio por el cual se adquiere conocimiento.
Todo esto hace olvidar cual es la verdadera naturaleza de la culpa, que es la repetición, ya que es la plataforma de la reparación a través del ensayo y el error se logra el premio tan ansiado que es tener una segunda oportunidad. La culpa es la bandera de los descocidos, le da una segunda oportunidad para arreglar las cosas y redimirse.
La repetición en la culpa se ubica en 2 niveles; 1-el primero de ellos es en la realidad emocional donde las emociones son atemporales y la repetición viaja en círculos a través de quejas y lamentos para que todo siga igual, con lo cual la persona se queda anclado en el pasado como una forma de cambiar el pasado y no avanzar como una señal de protesta que no está de acuerdo con lo que esta pasando. 2-El otro nivel de la culpa, corresponde a la realidad exterior donde la repetición de la culpa viaja de forma lineal, con lo cual se intenta pensar en el pasado para cambiar el presente y el futuro y poder avanzar en la vida. No se lamenta por el pasado ingrato, sino que construye una salida para salir del laberinto del sufrimiento.
Para amigarse con la culpa, se debe pasar por los 2 niveles, el primero es el más difícil, el segundo nivel, es el que permite redimirse.
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