Psic. David Andres Erguy
El hombre y la mujer tienen tantos enemigos que uno se cuestiona seriamente si vale la pena vivir, el tiempo es uno de ellos. El tiempo es finito (se escurre de las manos), es limitante (no se puede hacer muchas cosas a la vez, te obliga a elegir), y avanza siempre hacia adelante para luego deteterse definitivamente. Generalmente las personas entienden que el tiempo es corto y nunca alcanza, cuando trabajan mucho y no descansan, la sensación percibida por la persona es que mira por una ventana chiquita como las demás personas se divierten mientras él o ella trabajan como tontos. Se sienten como un espectador de su propia vida y comienza a reflexionar acerca de que no está viviendo la vida que le gustaría vivir, por lo tanto intentan cambiar el rumbo de su vida para recuperar el tiempo perdido y ponerse al dia. Las personas viven, pero no estan seguras de que están viviendo bien porque siempre algo falta. Cuando la persona tiene salud, le falta dinero, luego tiene dinero pero le falta salud, los jóvenes tienen hormonas pero le faltan experiencias, luego de viejo tienen experiencias pero le faltan hormonas, la vida es un limón amargo y jugoso a la vez. El inconveniente de prestarle mucha atención a la falta es que no permite valorar lo que uno tiene, se considera arrepentimiento de expectativas cuando la persona cumple con los objetivos pautados, pero una vez cumplidos, se empiezan a cuestionar si es lo que verdaderamente querían para su vida, aquí nuevamente se cuestionan de si están viviendo bien o no. Sin duda hay que disfrutar de la vida pero no a costa de renunciar del crecimiento personal, hay muchos casos de profesionales que dejan todo y se convierten en mochileros protestando por la desigualdad social en vez de seguír haciendo lo que verdaderamente saben y hacer la verdadera diferencia en el mundo. Protestan contra el tiempo con expresiones del tipo: "el tiempo es corto me merezco ser feliz, de ahora en más, solo voy hacer lo que me hace feliz". Sin duda hay que disfrutar de la vida pero no desviarse del camino. El camino es un intercambio fluido entre disfrutar y trabajar, si la persona opta solo por disfrutar o solo por trabajar, la persona se desvía del camino pautado y pierde la disciplina de mantenerse enfocado en su propia vida, lo que implica que no toma ninguna decisión en su vida porque es solo un simple espectador.
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