Pagar: Novela
Psic. David A. Erguy
Las crisis epistemológicas representan un cambio de paradigma. El paradigma, es una forma de pensamiento que ilumina ciertas formas, pero deja otras zonas en la sombra. Lo importante de las crisis epistemológicas es la crítica, como dice la vedette Moría Casan: no existe la vaca sagrada, todo se cuestiona, no hay que sacralizar a la vaca, ¡A la vaca sagrada se la baña con agua y jabón!
Considero que la Terapia Cognitiva Racionalista parte de la premisa equivocada para ayudar a los pacientes (el diablo está en los detalles), la tesis de la Terapia Cognitiva Racional reza más o menos así: "no son los hechos lo que te perturban sino la interpretación que hacemos del hecho". Los síntomas son producto de los pensamientos irracionales, eliminando los pensamientos irracionales, se elimina el síntoma. La falla de este modelo radica en que prioriza el pensamiento y deja de lado a las emociones al considerar que procesamos la información sin la necesidad de utilizar las emociones al igual que lo haría una computadora, por ejemplo, ante una simple pregunta de ¿Cómo te sentís? A este modelo le resulta díficil de responder y responde así: "Yo pienso que siento" antepone, pensamiento sobre emoción, en vez de decir Yo siento, dice Yo pienso. La película Inside Out (Del Revés) de Disney- Pixar sugiere que la mente activa las emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, asco, ira y sorpresa), un error. En cambio, el Modelo Cognitivo Posracionalista, es un modelo que atribuye la génesis del síntoma cuando hay una discrepancia entre la forma en que el paciente siente las emociones, y el posterior significado (explicación) que le atribuye a lo que siente; del Modelo de Apego que tenga el paciente, será la forma en que el paciente organice su Experiencia de Significado Personal de vida. Ambos Modelos Teóricos parten de la Tesis de Descartes, pero mientras la Tesis Cognitiva Racional dice: "Pienso, y luego existo", la Tesis Cognitiva Posracionalista dice: "siento, pienso y luego existo". Es un error muy común confundir lo que se siente con lo que se piensa, cuando hay discrepancia entre la emoción y la idea, surge en definitiva el síntoma.
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