La característica principal de esta afección es un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, intercalado con algunos días de ánimo normal, durante al menos dos años. La edad de inicio suele ser 18 a 21 años de edad. Suele comenzar de forma insidiosa en sujetos muy jóvenes y cursa de forma crónica (hay casos descritos de más de 20 años de evolución). En ocasiones, sobre este trastorno “leve” crónico aparece un episodio de depresión mayor, lo que constituye la denominada depresión doble, de peor pronóstico. Afecta casi al doble de mujeres que hombres. Clínicamente se puede considerar que el trastorno es menos sintomático, de baja intensidad según algunos autores, que la depresión mayor y algunos pacientes tienen un desenvolvimiento habitual casi normal, la interferencia en su calidad de vida no es tan notoria como en la depresión mayor. Algunos de los síntomas de la depresión mayor se pueden observar en la distimia, pero por regla general no están todos los síntomas, son menos intensos y no afectan tanto a la actividad habitual del sujeto, de forma que muchos de los pacientes no son conscientes de estar enfermos y consideran que se trata de un estado de ánimo más bajo.
CRITERIOS diagnóstico según DSM 5:
A. Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, durante un mínimo de dos años.Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable y la duración ha de ser como mínimo de un año.
B. Presencia, durante la depresión, de dos (o más) de los síntomas siguientes: 1. Poco apetito o sobrealimentación. 2. Insomnio 3. Poca energía o fatiga. 4. Baja autoestima. 5. Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones. 6. Sentimientos de desesperanza.
C. Durante el período de dos años (un año en niños y adolescentes) de la alteración, el individuo nunca ha estado sin los síntomas de los Criterios A y B durante más de dos meses seguidos.
D. Los criterios para un trastorno de depresión mayor pueden estar continuamente presentes durante dos años.
F. La alteración no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo persistente, esquizofrenia, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otro trastorno psicótico.
Aunque la mayoría de los estudios muestran que el tratamiento farmacológico más eficaz es el IMAO fenelzina, dado que este no está disponible en todo el mundo y las limitaciones y complicaciones de su uso, en la actualidad las guías recomiendan un ISRS, preferentemente fluoxetina o sertralina, o los ATC amitriptilina, desipramina e imipramina. Posiblemente el resto de los antidepresivos sean también eficaces, pero los estudios refieren que los cinco citados muestran las mayores tasas de eficacia. Las dosis recomendadas y las pautas de administración son las mismas que si se tratase de un episodio de depresión mayor, pero la duración mínima del tratamiento es de 2-3 años. Como tercera opción de tratamiento se recurre a fenelzina (habiendo dejado un periodo de 4-6 semanas sin tratamiento, para evitar las interacciones farmacológicas graves, y tomando las precauciones dietéticas necesarias) o bien a la adición de un antipsicótico atípico. Para la distimia se considera de elección fluoxetina (20-60 mg/día) o sertralina (100-200 mg/día). Si no hay respuestas pasadas 8-12 semanas, cambiamos a amitriptilina (75-150 mg/día), desipramina (200-300 mg/día) o imipramina (150-300 mg/día). El tratamiento más eficaz según todos los estudios es la combinación de psicoterapia y fármacos. El principal problema del tratamiento de esta complicación de la distimia es que hay que conseguir que el paciente mejore también de los que él considera su estado anímico basal, es decir, que se cure del episodio de depresión mayor y de la distimia. La mayoría de los pacientes con distimia que han sufrido episodios de depresión mayor consideran que están curados cuando el episodio agudo se resuelve. Por el contrario, es muy frecuente que una vez han vuelto a su estado distímico habitual desarrollen conductas poco saludables como el consumo de grandes cantidades de alcohol y tabaco, sustancias de abuso o dietas insanas, lo que complica el tratamiento de la depresión crónica. Se ha descrito mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes y otras enfermedades médicas en estos pacientes. El tratamiento farmacológico es, pues, esencial en la doble depresión, no solo con el fin de resolver el episodio actual y el estado crónico, además para prevenir la aparición de otras enfermedades médicas y trastornos mentales.
Fuente: Tech