jueves, 16 de diciembre de 2021

Relajación Uno

 

Psic. David A. Erguy

Inspira profundamente aire por tu nariz y expulsa lentamente, muy despacio, poco a poco el aire por tu boca. Durante toda la sesión, siente como según voy repasando distintos grupos de músculos de tu cuerpo, seguirás manteniendo una respiración profunda, lenta y rítmica, irás sintiendo como cada vez que introduces el aire y como cada vez que expulsas el aire, se cierra un ciclo, un ciclo en el que te abres al universo y al abrirte, eres capaz de introducir con ese aire, lo que necesitas para vivir, pero también, también te sabes proteger de ese mundo, de ese universo, también sabes sacar de ti eso que sobra, lo que no te hace bien y eso lo realizas, cada vez que expulsas lentamente el aire. En ese aire que expulsas, ahí va todo lo que te sobra, todo lo que no te hace bien dentro de ti. Y en ese pulmón que se expande y que se contrae, en ese movimiento en el que te abres y te cierras, en el que te acercas y te alejas, en el que te ofreces y te proteges, en el que avanzas y retrocedes, en esa forma de hacer, precisamente en esa, es donde vas a encontrar tu vida, tu identidad. Identifica si tienes más dificultades para abrirte o por el contrario tienes extrañas sensaciones al cerrarte. Identifica, donde te sientes más cómodo, donde estás mejor. Aprende tus características, estudia a través de tu respiración que partes de tu cuerpo se dejan oxigenar más. Identifica si eres capaz de respirar mejor con el pecho, con el abdomen o que incluso puedes imaginar que estás respirando por tus manos, por tus piernas, que el aire circula hasta allí. Aprende como eres, como te comportas, date cuenta de esas cosas que normalmente pasan desapercibidas y también aprende que, si tú quieres, lo que tú quieras lo puedes cambiar, lo puedes variar. Aprende cuanto tiempo estás enganchado en el exterior. Es todo un proceso y ahora déjate llevar y según vaya colocando tu atención en algún punto de tu cuerpo, dedícale el tiempo a ese punto, olvídate de todo lo que está en tu entorno, incluso olvídate del resto de los puntos de tu cuerpo que en ese momento no toca. Selecciona y dedícale ese tiempo a cada parte de tu cuerpo, consigue conocer como tu cuerpo se expresa y cuando lo consigas, podrás conseguir no sentirlo. Concéntrate en los músculos de tu frente, identifica si hay algún tipo de tensión en los músculos de tu frente, localiza la posible tensión en los músculos de tu frente y deja que esta parte de tu cuerpo, tu frente, vaya poco a poco diluyendo las tensiones. Suelta los músculos, déjalos estar y nota como los músculos de la frente se alisan, se claman, se distienden, se tranquilizan, se hacen blandos, relajados, distendidos, calmados, tranquilos y eso te gusta, eso te agrada y te hace sentir bien.

Nota como ocurre lo mismo con los músculos de tus sienes, siente, siente como los músculos de tus sienes están cada vez más y más relajados. Imagina que unos dedos cálidos te están dando un masaje circular en los músculos de las sienes, nota como se van diluyendo las tensiones de esos músculos y como poco a poco esa distensión se va acercando a tus párpados a los músculos de tus ojos y vas sintiendo tus párpados cansados, tus párpados pesan mucho, están muy cansados, muy cansados, tus párpados están cada vez más y más pesados y cansados y si repasas tus músculos de pómulos, comisura de labios, mandíbulas, vas dejando caer los músculos por su propio peso, vas consiguiendo una tranquilidad, una tonicidad en todos y cada uno de estos músculos. Tienen el preciso tono de tensión, incluso es como si te acompañara una música, una música que envuelve tu cara. Siente como todos y cada uno de los músculos de tu cara se alisan, se calman, se distienden, se tranquilizan, se hacen blandos, relajados, distendidos, calmados, tranquilos, los músculos de tu cara están blandos, cada vez más, cada vez más y ahora concentras tu atención en los músculos de la nuca, cuello y garganta. Sientes como todos y cada uno de los músculos de tu nuca de tu cuello y de tu garganta, van poco a poco soltando tensiones. No creas ninguna tensión en estos músculos, están sueltos, dejas que se suelten, dejas que caigan, no tienes nada que soportar y al igual que ocurre con tus hombros, deja que los hombros caigan, deja que estén apoyados y que no tengan ninguna tensión acumulada. Deja que esa sensación de estar soltando las tensiones, recorra tus brazos y lleguen hasta tus manos. Siente como los músculos de los hombros y de tus brazos, se alisan, se calman, se distienden, se tranquilizan, se hacen blandos, relajados, distendidos, calmados, tranquilos, siéntelo, nótalo, profundiza en todos estos detalles, percibe una sensación cada vez más profunda en tu cuerpo. Concéntrate en los músculos del pecho, espalda, abdomen y riñones. Siente como el aire que introduces por tu nariz, llena tu abdomen y como al expulsarlo, este se alivia, no solo va a llegar el aire a tu pecho, también va a entrar a tu abdomen y nota como si los músculos de la espalda se pondrán en su sitio, como si colocaras todos los músculos, todas las vértebras. De esa forma sientes que los músculos de espalda, pecho, abdomen y riñones se alisan, se calman, se distienden, se tranquilizan, se hacen blandos, relajados, distendidos, calmados, tranquilos, muy tranquilos, Siéntelo. Nota como disminuyen las tensiones, la respiración es más fluida y tus músculos están cada vez más tranquilos, cada vez más relajados, cada vez más distendidos. Y ahora te concentras en los músculos de tus caderas, te concentras en tus piernas y pies y liberas toda la tensión. En cada respiración cuando expulsas el aire, expulsas toda la tensión. Sientes que la tensión en tus piernas se va evaporando y como el vapor de agua sube, tus piernas van sacando las posibles tensiones y comienzas a sentir que tus ojos pesan que tu cabeza pesa, que tus brazos pesan que tus piernas pesan, comienzas a sentir sueño, te dejas llevar, tu fantasía te envuelve. Puedes irte lejos y sientes sueño, un sueño dulce, un sueño profundo, cada vez más, siéntelo, nótalo, sueño, y te vas lejos allí donde tantas veces has encontrado la paz, te vas a ese momento y te abrazas a él y lo sientes y lo vives y lo disfrutas. Siente sueño, cada vez más profundo, disfruta de esta sensación, déjate llevar en calma, siente sueño, más y más profundo cada vez, en calma más y más profundo cada vez, lejos muy lejos, sueño, un sueño muy profundo, en calma, siéntelo, nótalo, relaja tus pies, tobillos, gemelos, rodillas, muslos, caderas, riñones, abdomen, espalda, pecho, manos, muñecas, brazos, hombros, garganta, nuca, pómulos, comisura de labios, ojos, frente y mantén esta situación respecto a tu cuerpo y aunque abras los ojos, deja que tus músculos estén sin tensión, suéltalos. Siempre que cierres los ojos, que respires con el ritmo que has respirado ahora de una forma automática, tus músculos obedecerán y se aliviarán y tú te sentirás bien. Voy a contar tres, en tres abrirás tus ojos, te sentirás bien. Uno----Dos----Tres. 

Fuente: Tech.