Psic. David A. Erguy
El Trastorno Negativista Desafiante (TND), es un patrón que persiste en el tiempo de enfado, irritabilidad y actitud desafiante o vengativa que dura por los menos 6 meses y que aparece en la interacción con al menos una persona que no es el hermano o la hermana del afectado o afectada. Este trastorno no está asociado a conductas agresivas o antisociales más graves, que son características de un Trastorno de Conducta. La CIE-10 considera que el TND es una forma más suave del Trastorno de Conducta, pero al parecer, aunque existe una alta comorbilidad entre ambos trastornos, la mayoría de los niños con TND no desarrollan un Trastorno de Conducta.
La emergencia del TND en la infancia parece predecir la aparición en edades más adultas de depresión y ansiedad. Por lo que se sabe hasta el momento, tanto la ansiedad, como la depresión, nunca han sido precedidos en la infancia por un Trastorno de Conducta. En este sentido, parece que la irritabilidad propia del TND sería el factor predictor de un trastorno emocional en etapas adultas, mientras que la obstinación y las conductas vengativas que buscan el daño, serían predicción de problemas de conducta futuros. Las personas que inician los síntomas en la infancia y persisten en la adolescencia, presentan un peor pronóstico que los que mostraron sus síntomas en la adolescencia, y un temperamento irritable, impulsivo o que muestra reacciones intensas ante estímulos negativos. En edades tempranas de la infancia, pueden influir en el desarrollo de un patrón de comportamiento caracterizado por el negativismo y el desafío. Estos niños son rechazados por sus iguales debido a las conductas agresivas que muestran y tienden a relacionarse con otros niños que muestran conductas problemáticas. De igual forma, se sabe que los modelos familiares y estilos de crianza (estilos de disciplina inconsistentes, poca atención al vínculo, escasa claridad en las normas), influyen en el desarrollo del TND. La prevalencia del TND se encuentra entre el 2 y el 10% (1 al 11% según el DSM-5). Es más frecuente en el sexo masculino, que el femenino, y los síntomas suelen aparecer estables entre los 5 y 10 años de edad, que es cuando se van reduciendo. El Trastorno de Conducta (TC) tiende a presentarse en niños mayores y adolescentes, y se podría decir que es la forma de los Trastornos disruptivos, del control de impulsos, de la conducta que cursa más intensamente con el desafío, ruptura de las normas sociales, la implicación en peleas, intimidación a otros, crueldad, destrucción de objetos que no son de su propiedad, mentiras, desobediencia, absentismo escolar; conductas éstas que suelen ser graves, persistentes y que, en definitiva, suponen un incumplimiento grave de las normas.
El DSM-5 considera que existen algunas consideraciones clave para determinar si los síntomas indican la presencia de un TND:
1. Cumplimiento del umbral diagnóstico de 4 o más síntomas en los 6 meses precedentes.
2. Persistencia y frecuencia de los síntomas que deben ser superiores a lo que se considera normal según edad y cultura en la que vive el niño. Por ejemplo, la ocurrencia diaria de berrinches durante 6 meses, si existe un deterioro significativo y si se producen al menos otros 3 síntomas, sería indicativo de presencia de TND.
Fuente: Tech.