Psic. David A. Erguy
El Trastorno Explosivo Intermitente (TEI), es un trastorno cuyos rasgos principales son la ocurrencia de episodios recurrentes de agresividad debido a la incapacidad de controlar los propios impulsos. Es un trastorno que suele ocasionar frecuentes visitas al médico, debido a accidentes, daños a objetos materiales, malas relaciones interpersonales, laborales y familiares. El núcleo psicopatológico del TEI, a juicio de Zapata y Palacio (2016), es la conducta agresiva impulsiva, no premeditada, que se presenta en forma de “ataques”, “explosiones” o “estallidos” recurrentes, que aparecen súbitamente y que se solucionan en un tiempo máximo de 30 minutos, desencadenados por un estímulo desencadenante de tipo menor e incluso en ausencia de cualquier estímulo.
Esta conducta muestra un control de impulsos muy pobremente instaurado en el sujeto, produce malestar y finalmente culpa, vergüenza o remordimiento. Durante estos ataques algunas personas refieren un aumento de la energía y la irritabilidad. En algunas ocasiones, los ataques están precedidos de tensión interna, miedo cefalea, náuseas, mareo, e incluso alteración en el nivel de conciencia. Se tiene que subrayar que en el TEI no se observa impulsividad entre episodios, a no ser que exista otro trastorno asociado.
Se inicia en la adolescencia, entre los 14-18 años, es más frecuente en los varones y en áreas urbanas, por lo que el sexo y la influencia del ambiente, parecen ser dos factores importantes. Su característica fundamental de estos trastornos, son los arrebatos de rabia de inicio rápido y casi inexistente. Los arrebatos de ira son frecuentes (2 veces por semana de media durante 3 meses) se caracterizan por pataletas, berrinches, discusiones verbales, peleas, agresiones que no dañan o hieren a animales o personas. Los arrebatos agresivos poco frecuentes (3 durante un período de 1 año) suelen caracterizarse por causar daño o destrucción de objetos o agredir o llevar a cabo una acción que cause daño a un animal o persona. Los arrebatos de carácter impulsivo son una respuesta a una provocación que es experimentada subjetivamente que en circunstancias normales no provocarían dicho arrebato, de hecho no suelen ser premeditados. Además estos arrebatos están asociados a un malestar o deterioro en el funcionamiento psicosocial (pérdida de amigos y familiares, inestabilidad matrimonial, problemas laborales, económicos e incluso legales). Se lo asocia con trastornos depresivos, de ansiedad y por consumo de sustancias. Puede desarrollar con el tiempo un Trastorno de la Personalidad Límite.
Fuente: Tech.