lunes, 2 de julio de 2018

Control del Enojo.



Psic. David A. Erguy

Apuntes del Libro: "El Poder de la Paciencia" Dalai Lama.



"Sea cual fueran lo méritos que se hayan acumulados durante mil eones, como la veneración a los Budas y la práctica de la generosidad, todos ellos serán destruidos en un instante de ira."

¿Cómo podemos reaccionar con calma sin dejar de ser espontáneos?

La paciencia no es algo que se puede cultivar de un modo aíslado. De hecho, es una cualidad que solo puede desarrollarse en relación con otros seres humanos. Es una causalidad dependiente, según el cual nada sucede de forma aislada, puesto que todo es producto de una serie de causas y condiciones.

¡Muy Importante!

Mientras más apego sintamos hacia algo, más probabilidad habrá de que nos enfademos al percibir ese objeto que esta siendo amenazado.

El "alimento" de la ira es el malestar mental. Este interesante concepto corresponde al término tibetano "ya mi-dewa", que puede ser traducido como desánimo, infelicidad, o insatisfacción y hace referencia a un estado de insatisfacción profunda que en muchos casos no llega ser consciente, se trata de esa incómoda sensación de que algo no anda bien, este tipo de insastifacción hace que nos sintamos frustrado. Y cuando esto sucede, se dan las condiciones necesarias para que reaccionemos con ira, si las cosas no salen como deseamos. Si aceptamos la existencia de este vinculo causal: entre insatisfacción, frustracion, y la ira podremos apreciar las ventajas de controlar la ira. La ira es una causalidad que responde al sufrimiento; si intentamos descubrir como surgen en nuestro interior los pensamientos de ira u odio, comprobaremos que, en general aparecen cuando nos sentimos heridos, cuando creemos que nos han tratado de un modo injusto. Si analizamos en ese instante nuestra reacción, veremos que la ira es como un amigo que acude a nuestra defensa y nos ayuda a vengarnos de la persona que nos ha ofendido. El odio o la ira, que surgen parecen actuar como un escudo protector, pero en realidad se trata de una ilusión.

"El odio sería el veneno, y la paciencia la medicina que elimina las toxinas venenosas del interior de la mente".

La paciencia solo se desarrolla cuando se ha alcanzado una cierto control de la ira. El término tibetano "soe-pa" se traduce como "paciencia", pero tiene varias connotaciones. El sentido literal del término "soe-pa" significa "indulgencia", y en su forma verbal  significa "resistir" "soportar" una dificultad. También se utiliza este termino para describir la virtud de un individuo: "tolerancia". Esto no significa que debemos someternos a los abusos y a la dominación de los demás, ni tampoco nos aconseja que aceptemos sin más el sufrimiento y el dolor. Lo que propugna, es la adopción de una postura firme ante las adversidades. En su ponencia, el Dalai Lama hace una distinción entre la sumisión y la tolerancia, y señala que la autentica tolerancia solo puede surgir cuando se ha decidido de un modo consciente no utilizar la venganza para defenderse de un daño real o imaginario. El punto clave de este argumento es que la decisión se debe tomar "de un modo consciente". La paciencia (soe-pa) es una respuesta firme contra la adversidad que nace de un temperamento equilibrado e imperturbable ante cualquier problema externo e interno. No se trata de una sumisión pasiva, sino más bien de una postura activa frente a la adversidad.

Dalai Lama establece una importante distinción entre el odio y la ira, y afirma que la ira tiene un lado positivo. La ira generada como respuesta a una injusticia puede servir de catalizador para actuar de un modo altruista. Sin embargo, para el Dalai Lama el odio no puede tener este efecto, puesto que no posee ninguna virtud. Tan solo devora la entrañas de la gente y envenena la relación con sus semejantes. En sus palabras, "el odio es el auténtico enemigo, el enemigo interno". El rasgo que distingue la ira del odio es la ausencia o la presencia de una mala intención. Una persona puede enfadarse sin albergar ningún sentimiento negativo hacia el objeto de su ira. El Dalai Lama, nos aconseja que controlemos nuestra ira, para que cuando surja, no acabe convertiéndose en odio.

"La compasión se podría definir como un estado mental no agresivo o no violento".

Se debe fortalecer la compasión y el amor que llevamos en nuestro interior, y contrarrestar las fuerzas del signo contrario. Es en este contexto donde la práctica de la paciencia y la tolerancia adquiere una mayor relevancia, porque solo a través de la paciencia se pueden superar los obstáculos que nos impiden cultivar la compasión. La paciencia o la tolerancia deriva de la firmeza interna, para que no nos superen las situaciones adversas a las que tenemos que hacer frente. No debemos considerar la paciencia como un signo de debilidad, sino como un signo de fortaleza, que emana de la capacidad de mantenernos firmes. Si un individuo posee la capacidad de ser tolerante y paciente, su serenidad y su presencia de animo no se verán alteradas, aunque viva en un entorno de gran tensión.

"No hay nada peor que el odio,

ni fuerza mas poderosa que la paciencia.

Por lo tanto debo esforzarme y

meditar sobre la paciencia"

Si te gusto el artículo dale un me gusta, y compartí el contenido en las redes sociales con tus amigos.