miércoles, 29 de diciembre de 2021

Trastorno Narcisista

 


Psic. David A. Erguy

El Trastorno Narcisista son pacientes que consultan poco a terapia. Se manifiesta alrededor de los 40 a 50 años de edad, a veces se lo puede reconocer cuando en terapia de pareja la otra parte dice: "solo te importa vos y nadie más". 

Luchan para destacar y sentirse más importantes, fuertes, atractivos que los demás. Creen ciegamente en su propia valía y superioridad, dirigen sus afectos más hacia sí mismos que hacia los demás, de quienes esperan que le reconozcan y aprecien en su dimensión superior. No sienten resentimiento ni desconfianza hacia los demás, sino simplemente se focalizan en sí mismos y creen que los demás se someterán a sus deseos en favor hacia su bienestar. Por ello no se someten a los demás, se sienten por encima de todo y de todos, explotan si es necesario a los demás pensando que deben ser servidos simplemente por el hecho de ser quien son: superiores, valiosos y por derecho propio creen tener que recibir el reconocimiento que merecen.

Grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía con los demás les caracterizan.

Se comportan de forma arrogante, autosuficiente, pretenciosa y despreocupada por las normas sociales que implican reciprocidad, no teniendo consideración alguna por los derechos de los demás, es decir, no empatizan con los sentimientos y necesidades de los demás. Son egoístas, y egocéntricos, se creen en derecho de poder pedir sin dar nada a cambio, carecen de humildad, suelen explotar a los demás y se muestran seguros y descuidados por la integridad personal, pues se creen indestructible.

Actúan de forma que se les reconozca y se les gratifique, pero sin reciprocidad alguna. Muchos de ellos suscitan admiración y obediencia, por ello suelen captar a personas alrededor suyo que sean dependientes y fácilmente adiestrables para procurarse este reconocimiento. Por considerarse superiores y merecedores de todo lo que poseen y haberse ganado la admiración de los demás, tienen pocos motivos para cambiar.

Se creen envidiables y frecuentemente envidian a quienes creen disfrutar de un mejor reconocimiento o éxito que ellos. A veces lejos de la realidad, la mayoría piensan que poseen la gloria y el éxito en todos los terrenos.

Son fantasiosos y exageran notablemente su auto importancia para atraer y hacer grande su autoestima. Poco les importa la opinión de los demás y presumen que los demás deben apreciar sus cualidades y si no es así los ignoran o desprecian.

Se ven a sí mismos como personas admirables y por tanto exigen admiración del entorno. Se consideran únicos, especiales y esperan ser reconocidos, aunque puedan parecer arrogantes, ególatras desconsiderados hacia los demás. Sin embargo, al observarse tan superiores, tan geniales, creer tan "claramente" que son inteligentes y superiores, se autoconvencen y autorrefuerzan en sus creencias, no precisando de nadie para que les refuerce sus pensamientos y sus sentimientos. Recuerdan su pasado y sus acontecimientos con fantasía y grandeza, incluso los detalles adversos los recomponen de tal forma que parezcan positivos y de acuerdo con su gran valía. No quieren profundizar demasiado en su interior ni en sus esquemas mentales pasados, si estos últimos son desagradables o perjudiciales para su propia imagen. Siempre encuentran justificación para su forma de ser y son capaces de dar la vuelta a una situación adversa de forma que parezca un éxito o la premonición de un éxito. Ante el fracaso, a los narcisistas sólo les queda la fantasía, pues son poco luchadores o agresivos.

Si no son capaces de convencer o de convencerse a sí mismos de su valía, se sienten avergonzados, rechazados o incomprendidos. Si no consiguen la admiración que requieren, se vuelcan hacia sí mismos y encuentran el consuelo de la admiración que sienten en su auto complacencia, creándose un mundo fantástico en el que recuperan con facilidad su status superior. Así pues, son capaces de inventarse argumentos y pruebas para convencer y convencerse de su perfección.

En su mundo interior reina la mentira y la inconsistencia, pues la ilusión de superioridad no les ha permitido adquirir la capacidad para manejar bien sus sentimientos, sus necesidades ni la capacidad de resolver conflictos de manera adecuada. Racionalizan el fracaso. Siempre piensan que los demás son los verdaderos culpables de sus fracasos, egoísmos y desconsideraciones. Siempre encuentran una justificación para creer que son ciertas y justas las cosas que dicen y hacen e intentan, con gran habilidad; que así lo parezca.

Fuente: Tech.