Psic. David A. Erguy
Las empresas buscan perfiles de empleados altamente calificados que trabajen largas horas laborales sin estresarse (estrés negativo). Quien tenga la habilidad de administrar adecuadamente el estrés, saldrá favorecido en el mundo empresarial contemporáneo.
El mundo empresarial, se guía por los cambios tecnológicos que tienden a achicar los ciclos de producción para obtener ganancias en tiempo extremadamente breve, exigiendo a sus empleados capacitarse constantemente para estar al tanto de los últimos cambios tecnológicos. Los cambios tecnológicos son tan acelerados, que los empleados lo deben asimilar con rapidez, y por ello, las empresas buscan que sus empleados muestren indicios de flexibilidad emocional y cognitiva para adaptarse a situaciones nuevas. Los empleados rígidos que no se adaptan a los cambios, son meras víctimas de un mundo que se mueve demasiado rápido.
La mano de obra se ha transformado, el trabajo muscular, poco calificado es fácilmente reemplazable por otro trabajador. En cambio, los empleados especializados son más difíciles de reemplazar y costoso de capacitar. La capacitación constante no es una opción, es una obligación.
La persona que quiera ingresar a la empresa y ser exitosa, debe desarrollar una gran sensibilidad para captar las necesidades de las empresas en aquellos puestos vacantes que requiere una preparación especifica, y capacitarse en esos puestos. El estrés no es un tema menor, ante dos candidatos aptos para un puesto de trabajo, la empresa optará por aquel que mejor administre el estrés y tenga más presentismo en la empresa anterior. Manejar exitosamente el estrés es la clave del éxito.
Por último, quien ingrese en la empresa primero debe conocer la cultura de la empresa antes que el puesto de trabajo que desea ocupar. Me refiero con cultura de la empresa a aquellos significados que utiliza la empresa para interpretar la realidad y crear códigos compartidos por los miembros de la empresa para alcanzar los objetivos empresariales. La persona que ingrese a la empresa, deberá aceptar y respetar la cultura empresarial. No deberá cuestionarla ni intentar imponer su modo de pensar porque fracasara en el intento. La cultura empresarial no es sólo un modo de interpretar la realidad, encierra un modo de trabajar y de ver la vida.
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